El envejecimiento en España: ¿un reto o un problema social?
En las culturas Griega y Romana se rendía gran estima a los llamados "PROVECTOS" , personas mayores y ancianos que atesoraban mucha experiencia . El senado Romano se nutría principalmente con estas personas.
Hasta el mes de Octubre de 2019 España presumía ante el mundo entero por ser uno de los países de más alta longevidad y mayor esperanza de vida. En un estudio de Salud, publicado hace unos meses, se decía: "España es uno de los países con mayor esperanza de vida de Europa y del mundo. Una realidad que viene anunciándose año tras año y es que los distintos indicadores posicionan a nuestro país en el podio, con una media de edad de 83 años.”
Un estudio del Instituto de Métrica y Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington sobre esperanza de vida y principales causas de muerte en el mundo publicado en la revista The Lancet asegura que, si la tendencia continúa como hasta ahora, España alcanzará en 2040 un promedio de 85,8 años.
Según un estudio de la Universidad de Washington, España se convertirá en el país con mayor esperanza de vida del mundo en 2040. De esta forma, superaría a Japón que lidera el ranking de 2016 con una media de esperanza de vida de 83,7 años y que en 2040 descendería hasta una segunda posición con una media de 85,7 años. España se convertirá en el país con mayor esperanza de vida del mundo.
Tras el Coronavirus parece que la estima que se tenía a los mayores está cambiando. Los mayores fallecidos, principalmente en residencias públicas y privadas, en estos pocos meses sobrepasa los 19.000 (un 65 % del total de fallecidos). Ya se está empezando a mirar a los pensionistas y mayores como algo que no es bueno para la Sociedad. El trato que se les ha dispensado durante la pandemia no ha sido ni tan siquiera aceptable. Ahora, con la crisis económica que se nos viene encima, ya hay un colectivo de gente joven y de mediana edad que no solo piensa que los mayores suponen un gasto demasiado alto… sino que ya no miran con buenos ojos a los mayores, como si este colectivo no se hubiera ganado sobradamente el derecho a una vida digna, después de muchos años de trabajo.
Hemos de trabajar en la importancia de sensibilizar y dar impulso a las relaciones intergeneracionales como factor potenciador de una manera de envejecer activa y positiva. Debemos creer en la necesidad de que más allá de una comunidad familiar es necesario trabajar en una comunidad intergeneracional que posibilite la solidaridad intergeneracional y ensalzar las oportunidades que ofrece a la hora de promover la cooperación mutua y la interacción generacional entre niños, jóvenes, adultos y mayores para aprovechar habilidades, valores y experiencias. Compartir momentos que propicien la relación entre generaciones, destacando la necesidad de RESPETARNOS mutuamente con nuestras experiencias y formas de hacer la vida, pero siempre recordando que no podemos ser NOSOTROS sin los OTROS.
El pasado 29 de abril tuvo lugar el Día Europeo de la Solidaridad entre Generaciones, un día para concienciarse de la importancia de las relaciones y la cooperación entre jóvenes y mayores, y de todos los beneficios que se derivan de éstas. Esta efeméride se viene celebrando cada 29 de abril desde el año 2009, gracias al impulso del Foro Europeo de Juventud y de la Plataforma Europea de Personas mayores.
Cada día más estudios avalan los beneficios derivados del intercambio generacional: las personas mayores se generan cambios positivos en su bienestar físico, psicológico y emocional. Entre otras cosas, aumentan las ganas y la motivación por aprender cosas nuevas y mejora la autoestima, y se superan situaciones de aislamiento social y sentimientos de soledad. En definitiva, se favorece un envejecimiento saludable y satisfactorio. Por su parte, entre los más jóvenes, se debe de fomentar tanto una visión global del proceso de envejecimiento como el aprendizaje vital derivado de las experiencias y anécdotas de los más mayores.
En el contexto de la Agenda 2030, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que un compromiso con los ODS significa un «compromiso con el envejecimiento saludable y con políticas basadas en la evidencia que fortalezcan las capacidades de las personas mayores y mejoren su bienestar». En este sentido, las iniciativas y programas intergeneracionales han constatado sus efectos positivos en el fomento de un envejecimiento saludable y activo.
Si todos ponemos esfuerzo e interés… lograremos sin duda esta solidaridad intergeneracional que redundará en beneficio de una Sociedad mejor asentada sobre los pilares de una nueva y mejor humanidad.