Entrevista a Socorro Viada Fernández-Velilla

Nuestros Socios
Dpto. Comunicación SECOT

¿Cómo llegaste a SECOT?
Por pura casualidad. Estaba comiendo con mi cuñada Isabel en un restaurante, cuando apareció su amiga Mónica Oriol, quien, por aquel entonces, era presidenta de Secot. Se sentó con nosotros y, en cuanto nos habló de la Asociación y de las actividades que desarrollaba, comprendí que era un proyecto en el que me gustaría colaborar.

¿Cómo te sientes al formar parte de SECOT?
Siempre he estado muy orgullosa de formar parte de esta gran familia que es Secot, a través de la que todos ponemos, de forma altruista, nuestros conocimientos, experiencia y tiempo para ayudar a la juventud. Es una manera de reinvertir nuestro saber a favor de las nuevas generaciones, algo que siempre es muy gratificante.

¿Crees que el papel de las mujeres profesionales en SECOT es beneficioso?
Por supuesto. Sin ninguna duda. De hecho, es igual de beneficioso que el de cualquier hombre profesional.
 

Según tu experiencia… ¿por qué hay menos mujeres voluntarias en SECOT que en otro tipo de organizaciones del Tercer Sector?
Es una cuestión circunstancial y que, aludiendo a cuestiones históricas, tiene una explicación muy lógica. Yo nací después de la Guerra Civil y, en esa época, no eran muchas las mujeres que, dentro del ámbito empresarial, escalaban a los puestos más altos. Durante muchos años, ha sido un ámbito esencialmente masculino y, esa realidad, es lógico que ahora se reproduzca en Secot.

¿Qué consideras que es lo más interesante y enriquecedor de tu trabajo y formación profesional y que te ayuda a desarrollar una labor interesante en SECOT?
Además de fundarlo y gestionarlo, he sido profesora y directora de un colegio de enseñanza secundaria durante más de veinte años, lo que me ha permitido acumular un importante bagaje que considero que puede resultar muy útil a los jóvenes. En concreto, creo que Secot se puede beneficiar de mi experiencia como emprendedora y como gestora por un lado, de mi experiencia como líder de un equipo de treinta personas por otro y, por último, de mi experiencia y capacidad de comunicar con las nuevas generaciones.

¿Crees que es necesaria una mayor sensibilización sobre el fenómeno del envejecimiento activo y la participación de los mayores en la sociedad?
Por supuesto. Es evidente que, gracias a los nuevos avances tecnológicos y médicos, la expectativa de vida es cada vez más larga y, lo que es más importante, con mejor calidad. Además, soy de las que piensa que la experiencia enseña mucho, y estoy convencida de que hoy, soy un poco más sabia que ayer. Creo que para los jóvenes es beneficioso que todos nosotros les trasmitamos esos conocimientos adquiridos con la experiencia; pero también pienso que, para nosotros, ese contacto con ellos es enriquecedor. Es decir, se trata de un beneficio de doble sentido, que lo hace más atractivo si cabe.

¿Cómo animarías a quien está pensando en realizar un voluntariado?
Recordándoles que unos tenemos mucho que transmitir, y otros mucho que aprender. Que es una forma de devolver a la sociedad lo que esta nos ha dado. Y, sobre todo, que resulta muy placentero.