SECOT y la Orientación Profesional
Cualquiera que sea el indicador utilizado, las estadísticas educativas ponen de manifiesto un elevado grado de fracaso escolar universitario en España. Ese fracaso puede ser de dos tipos. El primero es el protagonizado por aquellos estudiantes que empiezan una determinada titulación y no la acaban, bien porque se pasan a otra o porque la abandonan definitivamente.
El segundo lo definen los alumnos que tardan mucho más tiempo en finalizar la carrera que el establecido en el correspondiente Plan de Estudios. Este último es un fracaso menor, casi podríamos definirlo como un éxito diferido en el tiempo y es, por lo tanto, menos preocupante. El primero es el que realmente debe suscitar nuestra atención. Comenzaré dando algunas cifras que contextualicen el tema. En la estadística más reciente del MECD (datos básicos del sistema universitario español, 2013-2014) y con referencia al curso 2009-2010, se establece la tasa de abandono del estudio en primer año (grados) en el 19% y la tasa de cambio de estudio en el 7%. Es decir, uno de cada cinco estudiantes deja de cursar lo que inició y un 7% se reengancha al sistema, a través de otra titulación. El abandono es mayor en las universidades públicas que en las privadas, considerablemente más alto en la universidad no presencial, más elevado en las titulaciones de artes y humanidades que en las más "vocacionales" (ciencias de la salud) y más intenso cuanto más baja es la nota de corte de acceso a la universidad.
Hay muchos factores que explican este abandono. El Plan Bolonia, sobrecargado de asignaturas, no ayuda al estudiante con bajo nivel de motivación. La crítica situación laboral es otro elemento desmotivador, como lo es el desequilibrio entre aquello que "se tiene" que estudiar y lo que el desempeño de ciertas actividades demanda que llega al estudiante a través del testimonio de personas ya incorporadas al mercado de trabajo.
Pero hay un factor ligado a los procesos de elección de la carrera a cursar. Hoy cada vez son menos las personas que no pueden estudiar lo que quieren, salvo en determinadas carreras, sobre todo del ámbito de la salud. Pero eso no asegura una elección correcta. Bien por falta de información suficiente o por una incorrecta percepción del contenido de un título o de aquello para lo que forma o sirve. Por ello, SECOT, consciente de este problema, acaba de firmar un acuerdo piloto en Andalucía, Cataluña y Madrid, con la Fundación Bertelsmann, cuyo objetivo es dotar a los jóvenes de herramientas suficientes para elegir correctamente su orientación profesional. Es un trabajo difícil pero que supondrá una gran aportación para reducir los altos niveles de fracaso que hoy lastran nuestro sistema. Gracias a los Seniors que participa en esta ilusionante iniciativa.