Las reglas éticas de comportamiento individual
La crisis actual viene llena de lecciones. Cuando en una sociedad se aceptan como expectativas o modelos ideales los de obtener elevadas rentabilidades de las inversiones a corto plazo, se está abriendo la puerta a que gestores y empresarios se olviden temporalmente de las reglas éticas de comportamiento individual.
Convendría recordar que la austeridad y transparencia en los comportamientos son básicos y fundamentales, como ejemplo de conducta personal.
El debate de la ética en la empresa tiene su máxima vigencia actual, precisamente, por la carencia de valores éticos en los recientes casos de corrupción y fraude en algunas y sonadas instituciones privadas y públicas. Todos nos acordamos de casos de falta de transparencia, de tráfico de influencias y malversación de fondos. Detrás de cada caso hay personas, que intoxican injustamente a veces organizaciones enteras, ensombreciendo el valor de todo un colectivo.
Desde mi experiencia empresarial no hay que olvidar algo extremadamente importante, y es que, los frutos se recogen pacientemente y a largo plazo, y que somos muchos los que los practicamos.
Cuando pasan los años y se mira hacia atrás, uno se da perfecta cuenta de que es más larga la vida del gestor honrado, que del que deshonra; del que está al servicio de la empresa y de todos los que trabajan en ella, que del que se sirve de la misma; del que hace lo que debe, que del que hace lo que no debe; del austero que del despilfarrador; del que dice la verdad, que del que miente; del que está cerca de su gente, que del que se mantiene a distancia; del que distingue perfectamente entre gestión y propiedad que del que no.
Yendo al Evangelio, recuerdo la Parábola de los Talentos. Los talentos son cualidades que Dios nos ha dado a cada uno. Todos tenemos capacidades que nos permiten realizar nuestra misión. Pero esos talentos son el punto de partida. Nuestra responsabilidad es multiplicarlos, no enterrarlos o malversarlos.
Usar los dones en el bien de todos tiene un efecto de círculo virtuoso: El “egoísta ilustrado” muestra su "ilustración" al percatarse de que le conviene el bienestar ajeno y le perjudica el ajeno malestar. En definitiva, cuantos más hombres gocen de una existencia satisfecha mejor será para el bien común. Si en una empresa se genera lealtad interna, si hay una ética en las actuaciones de la empresa, aumenta el sentido de pertenencia y orgullo, lo cual lleva a la organización a una dinámica de mejora continua.
En mi caso como empresaria, mantengo que la empresa no es sino organización formada por individuos. Y son los individuos los que comportan actuaciones éticas. Cuanto mayores son las responsabilidades de los individuos más se debe servir a los demás. Es, por tanto, primordial en este debate el papel del líder de una organización, como referente y ejemplo de la misma.
En SECOT como en cualquier organización tenemos nuestros líderes, los Presidentes de las Delegaciones, quienes han de fomentar y facilitar que los valores asumidos e integrados en los códigos éticos de SECOT se cumplan, siendo ellos mismos su máximo exponente.