Dificultades para crear empleo
Es bien sabido que son varias las condiciones que se hacen necesarias para la creación de empleo: reforma laboral, condiciones financieras que lo faciliten, reforma o simplificación de trámites administrativos, entre otras. Me referiré en estas líneas a la necesaria simplificación y agilidad en licencias y permisos de apertura.
Una amiga malagueña me contaba hace poco las trabas que se había encontrado para, tras una pequeña rehabilitación, abrir un hotel o casa rural de seis habitaciones. Primero había sido el Ayuntamiento quien le había exigido toda clase de documentos para poder conectar el hotel con el abastecimiento de agua de la ciudad que pasa a pocos metros de su puerta, y luego vinieron todos los trámites con la Consejería de Medio Ambiente que llegó a tardar un año en dar su consentimiento pues hubo que hacer varios informes y luego resoluciones que tuvieron que publicarse en el boletín de la provincia, y esperar a posibles alegaciones. Era muy difícil poder aguantar un año pues los bancos sí cumplían con los plazos exigidos en el préstamo. La propia administración autonómica le reconocía las dificultades que estaba padeciendo pero los plazos eran los plazos y hubo que esperar.
En mis años de Alcaldesa de Sevilla planteé a algunos funcionarios la posibilidad de que aquellas licencias que no supusieran conflictos de carácter medioambiental o de seguridad se pudieran dar de forma automática o mejor dicho, que solo hiciera falta presentar la solicitud y los planos del local para recibir la licencia, sin esperar resolución alguna. Algo parecido a como se hace la declaración de hacienda en la que una rellena el formulario correspondiente y se presume la veracidad. Otra cosa es que haya inspecciones que puedan comprobar que se ha dicho o hecho lo que se decía documentalmente. Resultó absolutamente imposible llevarlo a cabo porque la legislación no lo permitía y continuó tardándose meses y meses en conseguir cualquier tipo de licencia por pequeña que fuera la iniciativa. Así se hace cuesta arriba poner en práctica una idea, un negocio.
Si miramos hacia otro campo, el de las empresas públicas, agencias u organismos administrativos en Andalucía, por ejemplo, vemos que todo lo ocupan. Son más de cien las que existen en esta Comunidad Autónoma y sólo dos o tres son rentables; el resto se nutren de los presupuestos y su control es bien difícil. Parece como si la administración renegara de que la iniciativa privada fuera capaz de hacer el trabajo que estas hacen, desde la cultura, los deportes, el tratamiento de residuos o la limpieza de los montes. Todo pasa por la administración, todo es controlado por las diversas consejerías. No hay ánimo ni deseo de que la iniciativa privada pueda abrirse camino; por eso no es sorprendente que el deseo de los universitarios andaluces sea, como dicen las encuestas realizadas en las mismas universidades, llegar a ser funcionario. Si, la financiación es imprescindible pero también la confianza en la iniciativa privada tiene que darse pues de lo contrario, emprender es toda una hazaña.