Clausura ciclo eSemp

CARTA DEL PRESIDENTE
Dpto. Comunicación SECOT

Celebramos hoy el acto de cierre de este VIII Ciclo de la Escuela  Secot de Emprendedores y mis primeras palabras tienen que ser para los que hoy finalizan su formación y para todos aquellos que la han hecho posible.

Creo que esta actividad entronca directamente con los objetivos y finalidades de nuestra organización, incluso desde la propia etimología de la palabra Escuela. El término proviene del griego antiguo y su significado original era el de tranquilidad, tiempo libre que luego derivó en aquello que se hace durante el tiempo libre y más concretamente aquello que merece la pena hacerse de donde acabó significando estudio (por oposición a los juegos) en el griego de Platón y Aristóteles.

Desde ese sentido primigenio la Escuela Secot de Emprendedores es un centro de estudio en el que los formadores, en su inmensa mayoría ya jubilados son personas que dedican su tiempo libre a la enseñanza y llevan a cabo una labor que merece la pena hacerse.

Sabemos que nuestra Escuela es mejorable y que los niveles de calidad a los que aspiramos distan todavía de los que somos capaces de ofrecer. Pero tenemos los mimbres para nuestro teresiano camino de perfección: personas con excelente formación, con gran capacidad de trabajo y sobre todo con mucha ilusión para mejorar la actividad que desarrollan.
Practicamos la filosofía del cholismo (del Cholo Simeone). Su “partido a partido” es nuestro “curso a curso”, pero como él tiene la ambición de los títulos, nosotros tenemos el afán de convertir nuestros cursos en programas académicos que permitan la obtención de un diploma propio universitario. Ya tenemos conversaciones con alguna universidad para convertir este deseo en una realidad que beneficie  a nuestros futuros estudiantes.

Alguien al entrar a este acto me daba las gracias por la enseñanza recibida y la labor formativa que con estos cursos, Secot ofrece. Yo quiero agradecer esta y otras muestras de apoyo a nuestro trabajo que nos anima a mejorarlo cada día. Pero quizás quienes tendríamos que dar las gracias a los estudiantes somos nosotros porque esta actividad permite a nuestros seniors sentirse útiles, reconocidos y gratificados. En la antigua China se creía que el elixir de la eterna juventud se componía de algunos minerales como el cinabrio, la hematita, el jade, el mercurio y sobre todo el oro, cuando en realidad, al ser todos productos tóxicos, lograban el efecto contrario.

Yo creo que el auténtico elixir de la vida, el brebaje que permite alargarla más y en buenas condiciones, reside en interiorizar la utilidad de lo que hacemos y en el reconocimiento por parte de los demás de este trabajo.
No diré que los que trabajamos en Secot aspiremos a la inmortalidad, (todo se andará), pero si a que nuestra vida y nuestra experiencia post laboral redunde en beneficio de los demás.
Decía André Maurois que “el arte de envejecer es el arte de conservar alguna esperanza” y en eso creo que reside el secreto de Secot. Somos gente que vive con ilusión su esperanza de devolver a la sociedad todo lo que ella ha hecho por nosotros.

Mis felicitaciones de nuevo a los graduados de esta edición y a todos muy Felices Pascuas.