Cuando menos era más, ahora que más es menos

CARTA DEL EDITOR
Dpto. Comunicación SECOT

Hace no tanto tiempo existían pocas formas de comunicación. Primero la verbal de tú a tú, luego el teléfono (llamada local ó conferencia; que tiempos!), el telegrama (para los pésames y las notificaciones oficiales), el teletipo (con las cintas perforadas) y poco más.

Pero ahora, a principio de 2011, la cosa se ha complicado mucho más. La primera forma pervive (¿pero la practicamos?). El teléfono se ha complicado mucho (fijo, móvil, "push to talk", "Skypeame", vídeo conferencia, "satelital", …). El telegrama se ha transformado en el burofax y el fax ha desaparecido prácticamente. El cable o teletipo son reliquias de museo. Pero sobre todo nos comunicamos con SMS (o MMS), con mails y con Twitter, con nuestros perfiles de Facebook, con los blogs, con Hi5, Tuenti, Linkedin,… según la edad. Los voicemail y las múltiples formas de "push to talk" que inventan al alimón las operadoras y los fabricantes de móviles para tratar de fidelizar a ingenuos e incautos con las promesas de mayores ahorros que cautivan a los poco amantes de leer la letra pequeña de los contratos, parecen ser los nuevos paradigmas de los nuevos POSH ("Port Out", "Starboard Home"). Por cierto, pregunte a sus amigos sobre sus hábitos de comunicación telefónica y verá como todos se agrupan en dos categorías: Superexpertos y tecnológicamente discapacitados. ¡Que pocos hay en las categorías intermedias!

Con esta larga introducción superabundante en anglicismos, quiero lanzar la pregunta que da razón al título de este editorial. ¿Se ha parado Vd. a pensar para qué sirve cada medio de comunicación? y, si lo ha hecho, ¿lo emplea racionalmente? Me explicaré: Si vas a recoger en coche a alguien que está en un lugar donde no se puede aparcar ¿qué podemos hacer para avisarle que hemos llegado? Ya se ve que con una "perdi" basta. Pero si somos del mundo RIM (léase Blackberry), la tentación de mandar un "mail" (dicen que es gratis) es grande. Un SMS parece también posible. Una llamada  parece  demasiado,  pero  muchos  lo hacemos/en para decir lo obvio (¡Manolo! Que ya "stoy abajo). Todos los demás medios parecen poco operativos.

Podríamos poner muchos ejemplos y animo a los lectores que lo hagan para poder reflexionar sobre sus hábitos comunicativos. Solo vamos a dar uno que nos afecta y nos ocupa en Secot. Con todas las posibilidades de comunicación, la tentación del emprendedor hacia la velocidad le lleva a pensar que con un "corta y pega" de hoja de cálculo de las miles que se pueden encontrar en el espacio www, más unos SMS o mails, unidos a unas cuantas llamadas de móvil (que siempre te cogen entrando en un parking y se corta), ya han obtenido la asesoría necesaria para poder tener éxito en su proyecto.

Efectivamente todo ello les permite hacer las cosas muy rápidamente e incluso con una presentación estéticamente impecable. Pero nada de ello sustituye a una conversación cara a cara, reposadamente, mirándose a los ojos y dejando que fluya a través de la ondas analógicas la emoción, la duda, la confianza, la necesidad, el desconocimiento o la pasión que necesita el Senior para devolver – también analógicamente, es decir sin 0s y 1s – su consejo, experiencia, sus preguntas que obligan al otro a reflexionar y también; sus silencios. Esos silencios que sólo se perciben con nitidez cuando son cara a cara y que son con frecuencia la parte de la conversación más elocuente.

Animamos pues a asesorados y Seniors que reflexionen sobre para qué sirve cada medio de comunicación puesto que, al aumentar las posibilidades de éstos, podemos olvidar los verdaderamente útiles, que sólo utilizábamos cuando había menos. Menos es más.

Feliz año 2011.

Virgilio Oñate  
Presidente de Honor de SECOT
vonate@secot.org