El rol del consultor voluntario senior en las Pymes
Conocemos la importancia de las Pequeñas y Medianas Empresas (PYMES) en todos los países y, al mismo tiempo, también hay evidencia de su fragilidad. Fragilidad que se manifiesta en una corta "esperanza de vida" según estudios que se han realizado sobre este tema y que también podemos comprobar a diario en nuestro entorno. Fragilidad que se pone todavía más de manifiesto en etapas de crisis como la actual.
Según una investigación sobre las empresas centenarias que realizó el profesor Arie de Geus hace algunos años, el promedio de vida de las grandes empresas se situaba alrededor de los 40 años y algunos estudios que se realizaron en paralelo en Holanda situaban la el promedio de vida de las empresas de tamaño reducido en la mitad. O sea, una generación. Hablamos de promedios, porque si bien hay PYMES que tienen vía relativamente larga, muchas de ellas dejan de existir al poco tiempo de fundarse.
Las causas de esta "fragilidad" son diversas y algunas se repiten en muchos casos: productos o servicios que el mercado no acepta, falta de conocimientos técnicos (sobretodo en finanzas, informática y marketing), dificultades de financiación, problemas familiares, excesiva dependencia del fundador y, en gran numero de casos, falta de relevo generacional o dificultades en la transición a nivel de propiedad y dirección.
Por otro lado, los estudios realizados sobre "empresas centenarias" coinciden en señalar que la adaptación al cambio, el desarrollo de una identidad más allá de los propietarios y una administración financiera prudente a lo largo del tiempo son factores destacados en las pocas empresas que han sobrepasado esta barrera de edad.
La misma fragilidad de las PYMEs y sus dificultades financieras les hace difícil acceder a la formación y al asesoramiento convencionales y es aquí donde, a mi entender, los consultores voluntarios Seniors pueden jugar un papel importante.
Hablando de consultoría podemos distinguir entre el asesoramiento en cuestiones técnicas concretas y la llamada "consultoría de procesos", introducida por el Profesor del MIT y Consultor Edgar Schein. Según Schein, el "process consultat" actúa como "facilitador" aportando ideas para que su cliente adopte decisiones coherentes con el entorno en el que se mueve la empresa, sus recursos y sus objetivos personales. No intenta darle "soluciones" sino proporcionarle alternativas basadas en la experiencia para que sea él, el empresario, quien vaya formando su punto de vista y tome las decisiones que considere adecuadas.
A lo largos mi actividad como consultor y también como empresario, he comprobado que este tipo de consultoría es especialmente adecuado en el caso de las PYMEs. El principal responsable de estas empresas suele "encontrarse solo" frente a problemas importantes y la ayuda de un "consultor-amigo", con amplia experiencia empresarial, en quien pueda depositar su confianza y que le vaya sugiriendo ideas sin "presionarle", puede ser muy valiosa.
Aparte de compartir ideas sobre temas del dia a dia, este tipo de consultoria -que encaja muy bien con las caracteristicas de los consultores voluntarios senior- puede ser muy importante sobretodo para formular la estrategia y, sobretodo, para enfocar y resolver adecuadamente el "problema numero uno" y una de las principales causas de la fragilidad de las PYMEs que es la sucesión o proceso de transición generacional.