Kibi Toys
¿En qué consiste el proyecto?
KiBi son una colección de juegos educativos innovadores que permiten jugar y aprender a través de los sentidos. Van dirigidos especialmente a niños de 2 a 7 años, una etapa de desarrollo de máxima importancia y durante la cual, favorecer un desarrollo sensorial completo resulta imprescindible para el correcto desarrollo del potencial del niño.
KiBi ofrece producto físico que además tiene la opción de conectar a la tablet si se desea, mediante el sistema de visualización de Realidad Aumentada. De esta forma, la experiencia de aprendizaje se maximiza, ofreciendo una mayor interactividad. El juego KiBi está formado por un tablero con 10 piezas (5 parejas de conceptos sensoriales emparejados, para permitir jugar al Memory _ encontrar parejas similares_), pero por su simpleza, se presta a inventar muchas otras formas de juego.
¿En qué momento decides que quieres emprender? ¿Influyó la falta de oportunidades laborales en su decisión?
Empecé mi proyecto emprendedor en 2014 con mi socio Isaac Saneleuterio. Coincidí cierto día con Isaac, amigo mío hace más de 10 años, quien siempre ha tenido alma de inventor y me comentó que tenía un proyecto entre manos sobre un juguete educativo. Cuando me transmitió la idea, supe desde el principio que se trataba de un producto que aportaba un gran valor en uno de los sectores más necesitado de atención: la infancia.
No sólo el producto prometía (hoy en día poco tiene que ver. Ahora está muy evolucionado con respecto a los primeros bocetos), sino que su razón de ser merecía todo nuestro tiempo, nuestros esfuerzos y todos nuestros recursos. Y así nació KiBi.
¿Cuál fue la implicación de los tutores Seniors de SECOT en tu proyecto? ¿qué te aportó su experiencia?
Conocimos SECOT al presentarnos a YUZZ en la edición 2015-2016. Desde el principio sentimos una buenísima conexión con nuestro tutor asignado, José Morales. Con él nos reunimos en diversas ocasiones para tratar aspectos de diversa índole y en cada una de ellas no sólo logramos resolver las dudas que planteamos, sino que salimos con una visión general de organización mucho más clara. Marcábamos hitos y cargábamos las pilas gracias al espíritu positivo y a la determinación de José. Con cariño y firmeza nos animaba a “vender, vender y vender”, algo que tienen que hacer los emprendedores desde el día 1, que parece lógico pero que muchos dejamos pasar casi sin darnos cuenta porque echamos largas horas al trabajo de escritorio, que también es necesario pero que es peligrosamente cómodo.
Con especial cariño hacia José, pero agradecimiento absoluto al resto de Seniors, que también nos ayudaron en diversos estadios de desarrollo de nuestro Business Plan. No ganamos Yuzz, pero nos llevamos lo que nosotros buscábamos: la experiencia de grandes profesionales, que aprenderíamos y aplicaríamos a nuestro joven proyecto.
¿Echas en falta más formación para el emprendimiento dentro de la formación reglada y/o universitaria?
Hace años que dejamos de lado los estudios universitarios como tal; desconozco exactamente cómo funcionan los Grados hoy, pero lo que yo recuerdo de mis estudios de Licenciatura, están lejos de parecerse a formación para el emprendimiento. Lo que yo recuerdo es una formación más tradicional, centrada en adquirir conocimientos con vistas a formar parte de un equipo o a liderar dicho equipo, en todo caso. Nada más lejos de ser un trabajador más del ecosistema laboral. Es cuando indagas un poco en otro tipo de cursos, programas de formación, como puede ser Yuzz, el Campus Emprende (UPV) u otros centros como puede ser el CEEI, cuando descubres que hay infinidad de temáticas relacionadas con el emprendimiento que escapan al ámbito universitario. Por lo menos así ha sido en mi caso personal. La carrera me aportó una base de conocimientos que me ha permitido “amueblar mi cabeza” y construirme una base cultural, pero el verdadero aprendizaje ha llegado más allá de las puertas del aula. No obstante, quien busca el emprendimiento, lo encuentra.
De todas formas, animaría a las Universidades a implantar la semilla del emprendimiento desde dentro de las aulas: estoy convencida de que si se ponen herramientas al alcance de los universitarios y se les convence de que con una carrera hay más opciones que “trabajar para un jefe”, muchos más se animarán a utilizar sus conocimientos para emprender algo propio.
¿Qué retos te planteas en el futuro?
Me gusta decir que soy Comunicadora de profesión y escuchadora aficionada. Mi principal reto personal es seguir especializándome hasta el infinito en lo que más me gusta: comunicar. Al respecto, me queda muchísimo por andar. Reciclarse constantemente es una necesidad, así que uno de mis retos a corto plazo (y durante toda la vida) es perfeccionar mi perfil. Como proyectos profesionales paralelos, dada mi implicación actual en KiBi, me resulta imposible imaginarme desarrollando nada diferente. No obstante, estoy abierta a cualquier nuevo proyecto o experiencia que se me presente y dispuesta a dar lo mejor de mí .
¿Qué cualidades le recomiendas a alguien que adquiera antes de emprender un negocio?
Hablando en base a mi experiencia, he de decir que es importante tener convicción ante todo. Creer y estar convencido de que eres y serás capaz de todo lo que te propongas. Quizá a día de hoy no dispongas de los conocimientos que necesitas. A mí me sucedió. Pero tienes tiempo y recursos a tu alcance para aprender. Sé humilde y déjate aconsejar. Siempre habrá alguien que vaya dos pasos por delante de ti y que tiene mucho que contar. Aun así, hay que tener un criterio propio, ser pacientes y aprender de los errores (de otros y de uno mismo).
Ser perseverante. Todo es cuestión de tiempo y emprender es duro y lleva tiempo. Se pasan largos días de decepciones y de estancamientos, pero luego llegan premios y felicitaciones. El día a día del emprendedor es como una montaña rusa, llena de altibajos. Nunca temer al fracaso, porque no hacemos las cosas para triunfar. Desarrollas una idea y luchas para desarrollarla y validarla con tus clientes. Si el cliente no valida el proyecto, es preciso cambiar. Somos emprendedores y queremos generar valor, no un único valor. Hay que comprenderlo para no enamorarse demasiado de la idea inicial. Sin duda, la vida del emprendedor es incierta y difícil, pero nosotros estamos muy agradecidos a todos los que nos la facilitan dedicándonos su tiempo, su apoyo y su cariño. Nosotros ponemos todo lo demás por nuestra parte para seguir dando lo mejor de nosotros para crear valor para los demás. En nuestro caso: los niños.