Los beneficios de innovar en la imagen corporativa
Estamos en pleno siglo XXI y no nos debería sorprender la velocidad con la que el mercado está sacudiendo a empresas, organizaciones y mercado. Sin embargo, la realidad nos está mostrando lo contrario. Tan sólo si sabemos actuar bajo una cultura de Marketing Estratégico seremos capaces de adaptar nuestra actividad a lo que demanda realmente la sociedad, verdadera protagonista de este siglo, no olvidemos que no estamos en una etapa de cambios, sino en un cambio de etapa.
Por ello, hay que ver toda innovación de marca como una oportunidad de presentarse al mercado y a la sociedad con un mensaje diferenciador y actual, acorde a las demandas del management del siglo XXI. Los expertos hablan de que son necesarios entre cinco y diez años para cambiar una imagen corporativa. La realidad, sin embargo, nos indica que hay que realizar su modificación cuando existe una serie de cambios en los mensajes que se quieren transmitir a la sociedad. Así, los colores y demás atributos de la marca juegan un protagonismo esencial.
Esto produce en muchos empresarios y directivos un desconcierto, que provoca predisposición y apoyo a factores más pragmáticos y menos emocionales, aparentemente. Y digo aparentemente porque aunque la lógica parezca decir lo contrario, nuevas disciplinas como el Neuromarketing demuestran que se puede seguir “seduciendo” a la sociedad mediante estímulos emocionales, más sutiles que actúan aunque no seamos conscientes de su influencia y que vienen determinadas por cómo se comporta nuestro cerebro ante determinadas situaciones. Por lo tanto, lo emocional no solo sigue estando muy vivo, sino que juega al alza en el proceso de toma de decisiones. “Llegar al bolsillo de los clientes es muy fácil, lo difícil es llegar al corazón”, es el leitmotiv del Neuromarketing.
En esta nueva etapa, solo las entidades dinámicas que se mantengan en movimiento y sean lo suficientemente flexibles pueden tener garantías de éxito. Reinventarse y potenciar nuestra marca es una de las mejores jugadas estratégicas. De lo contrario solo queda retirarse o resistir hasta que vengan tiempos mejores, con el consiguiente desgaste anímico que nos lleva por un camino alejado de la visión actual y positiva que demanda la sociedad actual. Reinventarse, ser dinámico, adaptarse, es decir, innovar en sus estrategias, productos y modelo de negocio es una de las mejores actitudes de marketing.
De ahí, que valore estratégicamente la decisión del cambio de imagen de SECOT. La sociedad y el mercado en general necesita experiencias positivas y actuales y en todos estos valores SECOT dispone del talento necesario para dar respuestas satisfactorias.