Soco Viada
Llego de las vacaciones de verano y me encuentro con el compromiso de tener que presentarme a los compañeros de Secot. Aunque me da un cierto reparo, pues pienso que mi biografía no es de especial relevancia, voy a tratar de contestar a la curiosidad de nuestra revista.
¿Cómo y cuándo llegaste a SECOT?
Fue Mónica Oriol quien, hace aproximadamente un año, me habló por primera vez del proyecto, y me comentó, de manera informal, la posibilidad de colaborar con Secot, poniéndome en contacto con Carmen Alemán. De la mano de Carmen he ido conociendo los diferentes proyectos y actividades de Secot, y ha sido ella quien me ha ido presentando a los seniors que colaboran en ella, gente a la que considero interesantísima y a la que admiro profundamente, pues dedican gran parte de su tiempo a los demás, de forma totalmente desinteresada.
¿Qué te aporta este tipo de voluntariado?
Siempre he pensado que una persona %u201Csana%u201D es aquella que compagina el trabajo con el ocio, y esa es la filosofía que ha presidido toda mi vida. Así, mientras estaba en activo, mi principal actividad era el trabajo, pero no por ello me olvidaba de disfrutar de mis tan importantes ratos de ocio. Ahora, es sencillamente al contario: mi principal actividad es el ocio, pero no por ello me olvido de %u201Cdisfrutar%u201D de mis momentos de trabajo, lo que me permite mantenerme en ese equilibrio que considero fundamental. Y para seguir manteniendo esta faceta activa, una gran solución son las actividades del tipo voluntariado, que me atrajeron desde el principio porque me parece que aportan un servicio práctico y muy útil a nuestra sociedad, y que además de permitirme seguir en la brecha, aportando mis vivencias personales y las experiencias adquiridas tras tantos años de trabajo, me proporcionan el aliciente de la satisfacción personal por colaborar desinteresadamente en beneficio de otras personas.
¿Es complicado seguir siendo activo tras la jubilación?
El paso de la vida activa a la jubilación supone una reacción diferente en cada persona: para unos supone una liberación que les permite dedicarse a sus aficiones, mientras que para otros supone una condena, y se sienten inútiles para el resto de su vida.
Yo tenía claro que quería estar dentro del primer grupo, de manera que, antes de que me llegara el momento de la jubilación, me fui preparando par ala misma, y me busqué actividades que me llenaran y que pudiera hacer a partir de los 65 años. Así, hoy en día, disfruto de un montón de actividades, que compagino con mi colaboración con SECOT, por lo que, en mi caso, creo que he conseguido seguir siendo activa tras la jubilación, y espero seguir siéndolo muchos años todavía.