Trinidad Vega Gil
¿Cómo y cuándo llegaste a SECOT? Me incorporé a Secot en febrero del 2009, animada por Jose Manuel Camblor, apenas llevaba unos meses de prejubilada. Secot me había llamado la atención en el año 1993, cuando leí un artículo sobre la asociación y el trabajo de asesoramiento empresarial que hacía, por la alta cualificación de los voluntarios y por la importancia de fomentar el tejido empresarial, autentico motor de la economía.
Las seniors sois minoría en la asociación, ¿cómo animarías a más mujeres a que entraran a formar parte de SECOT? Sí, somos minoría. Creo que es un reflejo del escaso porcentaje de mujeres en puestos de responsabilidad y liderazgo. Las mujeres somos más altruistas, con un alto potencial de comunicación, más abiertas y transparentes con lo cual la colaboración con los asesorados será más cercana y técnica, por nuestro potencial de conocimientos y de responsabilidad. Además conseguiremos elevar el talento disponible y hacer que SECOT sea más eficiente.
¿Qué es lo más interesante de realizar esta labor de voluntariado? Colaborar con SECOT es un proyecto muy gratificante que me permite seguir ilusionándome y enriquecerme con nuevas experiencias. Lo considero una responsabilidad social pendiente, el poder devolver a la sociedad parte de lo que he recibido.
Una anécdota vivida en SECOT Al asistir a mi primera reunión de Comité de Calidad en Madrid, cuyos miembros no me conocían, pensaron que era una asesorada y no una senior (por mi juventud). En el desarrollo de la reunión me sorprendieron ellos a mí por su juventud mental y su entrega.